Hay muchas similitudes entre la adopción divina y la de un niño. El adoptado no es inferior a los demás hijos; lleva el apellido de la familia y su herencia es segura porque también es heredero legal. Sin embargo, hay una diferencia. El adoptado legalmente no tiene la misma naturaleza que sus padres, quienes poseen distintos genes y características biológicas. Pero en la adopción divina, el hijo siempre recibe una nueva naturaleza, la de su Padre. Cuando la figura de la adopción se presentó por primera
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